Preocupa el estado del agua en el río Chimehuín en Neuquén

La contaminación del Río Chimehuín, uno de los cursos de agua más representativos de la región, se ha convertido en una preocupación creciente no solo para ambientalistas y vecinos, sino también para los prestadores de servicios turísticos, como los guías de pesca, que dependen directamente de la salud del río para su sustento.

La Cámara de Guías y Profesionales de la provincia de Neuquén, junto con la Subcomisión de Pesca de la Cámara de Comercio de Junín de los Andes, manifestaron su seria inquietud ante un problema que, según afirman, persiste sin solución desde hace más de tres décadas. El origen del conflicto reside en el manejo inadecuado de los desagües locales. Las piletas de oxidación existentes son insuficientes y operan de manera deficiente. En lugar de implementar una solución sostenible, se optó por una medida paliativa: la instalación de un caño de más de 40 pulgadas que vierte directamente al río. «A partir de ese punto, la contaminación es generalizada», denuncian las entidades. Además del vertido directo, señalan la existencia de filtraciones que exacerban la situación. A esto se suma el crecimiento urbano desordenado en áreas como el loteo Huechulafquen y zonas cercanas al cuartel, donde la generación de residuos se realiza sin el debido tratamiento. 

“Es un caos. Si no hay una obra de inversión seria, esto no va a mejorar. Y políticamente todo se bloquea. No hay voluntad de hacer nada, a pesar de que la provincia tiene los recursos. Neuquén es una provincia rica, con ingresos del petróleo, pero no se destinan fondos para obras ambientales que son urgentes”, explican desde la Cámara.

Si bien estudios recientes sugieren que la contaminación no impacta de forma inmediata a las poblaciones de peces ni a las actividades náuticas, el agua del río no es segura para el consumo humano. Las autoridades advierten: «El consumo directo del agua del río puede exponer a las personas a enfermedades». Esto se debe a la proliferación masiva de algas, caracoles y otros organismos, causada por un exceso de nutrientes sin tratamiento en el agua. Este fenómeno, conocido como eutrofización, altera el equilibrio natural del ecosistema y podría tener consecuencias a largo plazo tanto para la biodiversidad como para la salud de las personas.

Desde la Cámara de Guías ponen como ejemplo el caso del Lago Lacar, en San Martín de los Andes, que también sufrió problemas de contaminación, pero logró revertir en parte la situación gracias a obras de inversión focalizadas. “No es que esté perfecto, pero se mejoró mucho. La clave es invertir. Sin inversión no hay salida”, remarcan. Además, los guías de pesca, profundos conocedores del valor del río Chimehuín, hacen un llamado urgente a la comunidad, las autoridades y los medios de comunicación: «Esta problemática trasciende lo ambiental y turístico, afectando a todos. Es crucial visibilizar la situación y adoptar medidas inmediatas para evitar consecuencias irreversibles».

Un guía, refiriéndose a la contaminación del río, recordó un incidente ocurrido hace más de una década: «El periodista Magnatti de TN denunció la situación, alertando sobre los vertidos al Mallín de los Toros, en el Barrio Jardines del Chimehuín. Los contenedores previos al río colapsaron, liberando residuos directamente en el Mallín. A pesar de que parte del fluido llegaba al río por la tubería, la explosión de los contenedores era devastadora. Magnatti expuso la situación, incluso confrontando al representante del EPAS, quien negaba la contaminación, ofreciéndole un bidón de agua contaminada para beber. La lucha contra este problema lleva años.

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