En la serie hay emociones, hay historia, hay comunidad

Con Ironheart, Ryan Coogler vuelve a demostrar que el verdadero superpoder de un cineasta no es el control, sino la visión compartida. Como productor ejecutivo de la nueva serie de Marvel Studios disponible en Disney+, Coogler regresa simbólicamente al universo de Black Panther para expandir la historia de Riri Williams, la joven genio afroamericana que cautivó en Wakanda Forever. Esta vez, lo hace junto a Chinaka Hodge, poeta, guionista y creadora de una serie que fusiona tecnología, raíces y magia en una Chicago tan vibrante como política. El resultado es una ficción emocional y urbana, con un tono realista que se distancia de otros títulos del MCU. Coogler, que ha hecho de su carrera una búsqueda constante de autenticidad cultural, asegura que Ironheart puede ser la puerta de entrada para quienes pensaron que el cómic nunca fue para ellos.

—¿Qué te atrajo de una historia como la de Riri Williams?

—Ryan Coogler: Lo primero fue entender que no era yo quien debía contarla. Como en los deportes, mi tarea más importante fue reclutar a las personas adecuadas. Sabía que esta historia necesitaba voces propias, diferentes a la mía, que conectaran profundamente con Riri. Por eso fue tan importante encontrar a Chinaka como guionista principal. Ella, junto con Angela y Sam en la dirección, hicieron algo increíble. Me siento afortunado de haberles dado el espacio para crear una visión tan poderosa. Lo que lograron no solo honra a Riri, sino que le da una vida que yo no habría podido imaginar solo.

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—¿Qué distingue a “Ironheart” del resto de las producciones del MCU?

—Chinaka Hodger: Creo que esta serie hace algo que otras no: baja la cámara. Hay una Chicago tangible, con detalles culturales que reflejan la vida real de muchas personas. No solo hay tecnología; hay emociones, hay historia, hay comunidad. Lo más potente es cómo conviven la magia y la ciencia en este universo. Esa fusión –que en otros títulos puede parecer decorativa– acá es estructural. En Riri, la tecnología no es fría ni corporativa; es afectiva, íntima. Está conectada a su identidad, a sus pérdidas, a sus sueños. Y eso marca una gran diferencia. Me hubiera encantado ver algo así cuando era adolescente.

—¿Qué tipo de conversación busca abrir esta serie con las nuevas audiencias?

—R.C.: Para mí, Ironheart abre la puerta a quienes siempre pensaron que las series de cómics no eran para ellos. Personas que nunca se vieron reflejadas. Riri no es una superheroína convencional; es una chica negra brillante, que lidia con el duelo, con la responsabilidad, con el poder. La historia toca temas como la vigilancia, la autonomía, la ética de la invención. Y lo hace desde una perspectiva fresca, joven, pero también muy consciente. Me parece que eso puede resonar en gente que no consume Marvel y que, de pronto, ve algo que se siente cercano, necesario. Eso es lo más valioso que puede aportar esta serie.

—¿Sentís que esta serie extiende el legado de “Black Panther”?

—C.H.: Totalmente. Wakanda Forever abrió un espacio que Ironheart continúa de manera orgánica. Hay una línea directa entre el espíritu de Shuri y el de Riri, entre cómo entendemos la inteligencia, la tradición, y cómo los jóvenes enfrentan un mundo que no les da margen de error. Pero Ironheart no se queda en la referencia: construye su propio mundo. Un lugar en donde la afrodescendencia no es decorado ni contexto, sino centro. Eso es lo que siempre busqué con mis películas, y lo que me emociona ver florecer en las historias que ayudan a expandir el MCU.

La heroína en los ojos de Doom

J.M.D.

—¿Cómo se vincula “Ironheart” con el futuro del MCU y películas como “Avengers: Doomsday”?

—Ryan Coogler: Es increíble cómo todo se fue conectando. Al principio, no sabíamos que el villano en Avengers: Doomsday iba a ser Doctor Doom, pero en los cómics él representa justamente esa dualidad entre tecnología y magia. Eso está muy presente en Ironheart. Así que de alguna manera, la serie funciona como un anticipo, como una preparación temática para lo que viene en el universo Marvel. Es loco que estemos lanzando esto justo cuando la inteligencia artificial y la ética de la tecnología están tan presentes en la conversación pública. El personaje de Riri Williams está en el centro de ese debate, no solo porque es una inventora, sino porque todo lo que crea tiene una carga emocional, una conciencia sobre lo que significa crear. Y hay algo más: Ironheart no es solo un puente narrativo, sino también emocional. En las películas de superhéroes, a veces se pierde esa dimensión más íntima, la dimensión humana que es precisamente lo que los hace que conectamos con ellos. Todo bien con el superhéroe estrella de rock, estrella de cine, pero a veces neecsitas un superhéroe que conecte con las políticas de su época, en este caso el racismo, la ética, la pregunta de porqué hacer el bien. Pero Chinaka y su equipo la recuperan acá. Es una historia sobre duelo, sobre crecer sin figuras paternas claras, sobre cómo inventar una armadura no te protege de lo que llevás dentro. Creo que ese enfoque será clave para el futuro del MCU. Marvel entendió que los espectadores quieren espectáculo, sí, pero también humanidad. Pero Ironheart se anima a ofrecer ambos.

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