River fue demasiado para la anodina selección de México
Ante un Monumental repleto, y con goles de Galoppo y Borja, el modelo 2025 del equipo de Gallardo exhibió un nivel superlativo ante un discretísimo combinado azteca.
No fue «el sueño de una noche de verano» simplemente porque no se trató de una obra inspirada por la pluma de Shakespeare, sino del amistoso internacional que sostuvieron este martes el River Plate modelo 2025 de Marcelo Gallardo y la selección de México, con más de 80 mil almas presentes en el estadio Monumental.
Fue 2-0 a favor del local. Pero el resultado fue lo de menos porque el encuentro contó con una jugosisíma previa engalanada con la presentación «a la europea» de la profusa lista de refuerzos: un verdadero símbolo de Núñez como Enzo Pérez (muy aplaudido y que regresaba a pedido del «Muñeco» tras ganar dos títulos en un año en Estudiantes de La Plata), otros que llegaban para ponerse por primera vez la banda roja (como el chileno Gonzalo Tapia, Giuliano Galoppo y el paraguayo Matías Rojas), pero también los que volvían al club como hijos pródigos (Lucas Martínez Quarta, Sebastián Driussi y Gonzalo Montiel, este último recibido con el estruendo de los fuegos artificiales).
Claro que también hubo espacio para que en la foto final saltaran al césped el presidente Jorge Brito y el propio Gallardo, quien fue ovacionado como siempre y bajo el grito de guerra «quiero la Libertadores».
Con un once conformado por Armani; Casco, Pezzella, Martínez Quarta, Montiel; Pérez, Galoppo, Maxi Meza, Lanzini; Colidio y Borja, River empezó ganando cuando apenas transcurrían 7 minutos con un gran tanto de Galoppo, uno de los nuevos del plantel del «Muñeco» que tuvo su bautismo en la red y al que parece no pesarle en absoluto la casaca millonaria.
Efraín Alvarez, Fulgencio y Guillermo Martínez, los delanteros que plantó en cancha el DT mexicano Javier Aguirre, no llegaban a intimidar a River, que cuando no tenía la pelota, salía a recuperarla a como dé lugar.
De este modo, Lanzini habilitó de manera formidable a Colidio, que no llegó a definir bien. Luego, el arquero Andrés Sánchez se lució en dos oportunidades ante el colombiano Miguel Borja, quien en la tercera tuvo revancha y marcó un golazo al ángulo. River dominaba a pura presión, velocidad, toque y triangulación. Y ganaba sin pasar sobresaltos. El público, agradecido, enloquecía.
México, que había tenido una performance anodina en la primera parte, en el complemento no pudo siquiera descontar. Vinieron los cambios (ingresaron Acuña -otro mundialista-, Kranevitter, Aliendro, Simón, los chilenos Díaz y Tapia, Matías Rojas, Solari y «Nacho» Fernández). Y el final de una fiesta que tuvo a River como total protagonista.