Dos fenmenos de la poltica argentina que simulan ser caricaturas, pero el dao no es ficticio y el humor, escaso
Pasaron 23 aos desde que Argentina estuvo al borde de la disolucin institucional. Atender las necesidades ms urgentes y vitales impide la reflexin serena y las pasiones no colaboran en fomentar fanatismos estriles. Las enormes diferencias entre los personajes que ocupan la presidencia se compensan con un gabinete que repite nombres y con secuencias parlamentarias cada vez ms abominables
Descubriendo las 10 grandes diferencias entre De La Ra y Milei
-Fernando De La Ra lleg a la presidencia luego de una extensa carrera poltica, habiendo ocupado bancas provinciales, un lugar en el Senado de la Nacin y la intendencia de la Ciudad de Buenos Aires.
-Javier Milei abomina del sistema poltico, fue electo Diputado Nacional y sorteaba su dieta. Ignoraba todo reglamento, tanto que en una oportunidad pidi cambiar su voto
-De La Ra compiti en internas con Ral Alfonsn en 1983, perdi y jams expres algn agravio contra su viejo contrincante
-Javier Milei insult a Alfonsn, a sus ideas, a su partido e inclusive a quienes luego nombr en su gabinete
-De La Ra tuvo a su mano derecha en la SIDE con un cargo que dur apenas meses, por el escndalo de coimas en el Senado
-Milei tiene como mano derecha a Santiago Caputo, un joven diestro en cuestiones de inteligencia, redes sociales y sealado como uno de los protagonistas en los arreglos en el Congreso para «persuadir» a opositores
-Fernando de La Ra era inexpresivo. Su equipo de Campaa contrat a los mejores publicitarios, creativos y agencias. Ramiro Agulla fue una de las figuras que colabor para que el solemne radical luciera enrgico y entusiasta
-Javier Milei funcionaba como un standapero y fue ganando espacio en programas de televisin, desprovisto de cualquier pudor.
-Fernando de La Ra era cauto, sereno y poco afecto a expresarse pblicamente
-Javier Milei prefiere destacarse a como d lugar, en atriles de importancia institucional (ONU, G-20-etc.) como en manifestaciones ante periodistas
Coincidencias
La primera medida que anunci De La Ra luego de ganar las elecciones fue que vendera las naves presidenciales, un gesto de austeridad muy cercano al absurdo. Milei comenz a viajar en vuelos comerciales. Ambos fracasaron y cuando se revisan los gastos, son significativamente mayores a los de sus antecesores.
Colaboradores
La cantidad de funcionarios en la actual gestin que estuvieron en la nmina del Estado durante el gobierno de Fernando de La Ra sorprende, en algunos casos por la longevidad. La imperecedera y maleable Patricia Bullrich brilla por su coherencia: nadie sabe cul es su ideologa y sentimiento; nadie duda de su travestismo, oportunismo y goce por el sufrimiento ajeno y general. Desde participar en hechos terroristas cuando era cuada de Galimberti, hasta ser la responsable de reducir el haber jubilatorio en 13%. De ser la ministra represora y partcipe de denuncias falaces contra sus opositores, a saltar de ser la fracasada candidata a presidenta por la alianza del PRO, radicales y seguidores de Carri a traicionar a su jefe del momento, Macri y festejar las manifestaciones violentas de Milei, quien la haba imputado de poner bombas en jardines (l lo adjudic a jardines «de nios») y ella impuls una denuncia penal, que retir a cambio de un cargo.
El uno a uno, aqu estamos
La incomodidad ms complicada del gobierno de la Alianza resida en el efectista «uno a uno» . programa econmico nacido en 1991 que logr -nada y ms y nada menos- que un pacto para modificar la Constitucin Nacional y as permitir la reeleccin del presidente.
Se haba agotado esa herramienta formidable que permiti salir de la hiperinflacin y lograr estabilidad, pero la sociedad se aferraba a que nadie se atreviese a desactivar la bomba. El precio que se haba pagado por mantenerla fue lo que, definitivamente, le permiti ganar en 1999 a la Alianza.
La Reforma del Estado, redactada por el recientemente fallecido abogado Roberto Dromi, como ministro de Menem, haba dado sus frutos sacrificando patrimonio y soberana estatales. La prolongacin de un rgimen que al cabo de pocos aos se torn ficticio, tuvo consecuencias catastrficas pero que no afectaban a toda la poblacin. La calidad de vida conquistada en esa poca por parte de la clase media haba sido un factor determinante para que esa porcin hubiese reelegido a Menem, o sea, los que antes jams lo hubiesen votado
Tndem incompatible
La frmula De La Ra – Chacho lvarez nunca result confiable. Era la faccin ms conservadora del radicalismo con la ms progresista del peronismo. Cctel intragable. Chacho un purista intransigente, De La Ra un poltico con todas las maas. lvarez no dur ni 10 meses. Present su renuncia debido a las maniobras de corrupcin de De Santibaez y de Flamarique, autor de la clebre frase «para los senadores tengo la Banelco» (alusin a la compra de votos para la Ley de Reforma Laboral)
Incompatible tndem?
El hoy es imposible espejarlo con el ayer. Victoria Villarruel acompa a Milei en las legislativas y luego conformaron una frmula difcil (o imposible) de describir con categoras clsicas. Quiz la singularidad ms significativa es que ambos provienen desde afuera de las estructuras partidarias, y con apoyos de fuerzas en competencia (el peronismo en algunos bastiones, el pro en otros, y los radicales en otros) lograron una primera vuelta con nmeros suficientes como para llegar al balotaje, arreglar con la tercera fuerza y vencer a la coalicin peronista. Las disidencias de hoy son ms escandalosas que ciertas. Villarruel es negacionista del genocidio -argumentada por su parentesco- y Milei adhiere a todo aquello que se aleje de la tres banderas de la esencia peronista (Justicia Social, Soberana Poltica, Independencia Econmica), ninguno abraza ideas liberales (respetando lo que ese ideario representa) y ambos coinciden en un conservadurismo feudal. Uno en el escenario mundial y la dama en cuestiones sobre derechos individuales y colectivos, atrasan, y mucho. Ambos disfrutan y se regodean con «fierros» justo en una poca en lo que ms cotiza es la sinapsis de quienes producen los «fierros»
La mediacin de la poltica
Aunque se le agregue la slaba «ti» para que suene como «mediatizacin«, es definitivamente la poltica mediada, o sea, indirecta. Una percepcin que transita por innumerables filtros antes de introducirse en los sentidos de lo que antes llambamos ciudadano y ahora es un consumidor. En el fatdico 2001, y aunque an no se haya arribado a alguna conclusin categrica, la incidencia de los medios fue decisiva. La crisis era muy anterior a aqul diciembre, pero los medios de entonces diseminaban su relato porteo al resto de las ciudades y pueblos de la Argentina. Los piquetes de Tartagal, las protestas en la Patagonia, los reclamos de trabajadores de los cordones industriales del conurbano bonaerense, rosarino, cordobs, tucumano y litoraleo, no tenan espacio en los discursos de los grandes medios. La eclosin, mal que nos pese, se produjo cuando el ilustre ministro Cavallo, llamado para redimir los pecados previos, pis los depsitos en dlares de los ahorristas de la clase media: el corralito fatal
Te acords?
El secretario de comunicacin de De La Ra, Juan Pablo Baylac, se enamor de una calificacin, deca «la tinelizacin de la poltica«, aludiendo a la pregnancia del conductor Marcelo Tinelli, a su imbatible rating y a la sorna y a la burla como mecanismos de atraccin, disfrazados de humor. Su anlisis no era falaz, pero s incompleto. A la chanza y pretendido chiste, hay que anexarle la campaa que el hbil ex productor, periodista y actual multimillonario dueo de medios, Daniel Hadad, puso en accin desde su espacio «Despus de hora«, en el ms minsculo canal de aire, el 2, Amrica, de Eduardo Eurnekian, s, el mismo, el ltimo patrn formal de Javier Milei antes de que este se dedicara a lo que aborrece: la poltica. Hadad y su plantel, vaya casualidad, compuesto por Eduardo Feinmann y Antonio Laje, entre otros, desde abril del 2001 hasta la renuncia del presidente, no hubo noche que no se lo ridiculizara y se lo menoscabara, ms all de los imperdonables desatinos, de la impericia y de la ausencia de un programa de gobierno. La memoria visual no requiere de grandes esfuerzos. Hoy siguen vigentes estos personajes que, en distintos medios, como bien defini Habermas, son polticos «informales»
Proliferacin incontable
Tanto el soporte que le sirvi a la Alianza para llegar al poder en 1999 como la intil defensa de multimedios en la gestin del fallido gobierno de De La Ra resultan minsculas en el tejido de informacin, entretenimiento y desinformacin que proporcionan las redes y los megamedios desde internet, hoy.
La utilizacin de los algoritmos ha profundizado la interaccin comunicativa a niveles exasperantes. Resultan anacrnicas todas las elucubraciones que hasta apenas 10 aos atrs hubieran anticipado los acontecimientos polticos. La aceleracin de provisin de datos es slo comparable con la proliferacin de libelos, datos falsos, ndices sesgados, noticias inexistentes y porcentajes de encuestas a pedir del cliente. Aberrante que organizaciones que se suponan decentes, no se ruboricen en replicar datos evidentemente falseados, caprichosos y absurdos. Replicar el informe sobre «felicidad» que divulga una Universidad de escasa reputacin acadmica (Siglo XXI) es repulsivo para quienes pretendan que el Periodismo sea una de las instituciones que se salvan de la mirada inquisidora. Negar el propsito mercantil de la actividad periodstica es perverso, pero hacer gala de que lo nico que importa es la facturacin, desnaturaliza el oficio, humilla la pretendida profesin
Imagen positiva, valoracin de la gestin, aprobacin de lo hecho
Revisar los nmeros. Considerar los postulados. Supervisar nuevamente los nmeros. Verificar los datos. Validar y consensuar los resultados. Las acciones que la epistemologa categoriza como «ciencia» escapan al acceso pblico. Cmo saber que los 211 mil dlares que pretendi contrabandear el expulsado senador Kueider eran la continuidad de la «Banelco» por medios ms directos? Cmo asegurarnos de que Ritondo, el hombre fuerte de Macri y aliado circunstancial de la Libertad Avanza, hizo su fortuna gracias al encubrimiento de «narcos» tal como sostuvo la jueza Arroyo Salgado, a la sazn viuda de Nisman? Cmo juzgar que Espert us en campaa avin privado, camioneta 4×4 y recursos dinerarios de un condenado por narcotrfico, Fred Machado?. Imposible. La regresin es total. Slo podemos cerciorarnos de los hechos que nos cuentan -tmida y con renuencia- a travs de inferencias y fe. O sea, creer en vez de conocer y saber. Cmo saber que lo que uno padece al otro le resulta una nadera? Mirando cmo y a quien vota, aunque eso no da garanta
Saqueos
Buscan un hito. Un punto germinal. Explican la tragedia del 2001 situando acontecimientos que conspiraron contra el gobierno de De La Ra, pero que nadie sali a defender, ni el propio presidente, que eligi subirse al helicptero para no volver (ni hacerse cargo del caos que su inoperancia, impotencia, carencia de liderazgo y ausencia de astucia propiciaron). Hoy los saqueos existen, pero de orden inverso. El gobierno exige que el Estado se reduzca hasta eliminarse. Desde ese Estado saquean los Bienes propios (o sea, del Estado) y saquean derechos de las personas: medicamentos a ancianos; cupos de becarios y profesionales de la Ciencia; tratamientos mdicos; institutos de defensa de personas en situaciones de riesgo y un sin fin de etcteras, slo explicables desde el desprecio, una ideologa que ha recobrado predicamento y adeptos.
La devocin de Ssifo
Es tramposo decir que a las personas les gusta padecer. Pero es contundente que el Pueblo de Argentina no termina nunca de hacer los deberes, aunque suene anacrnico y vertical. El Estado no es malo, ni bueno, ni grande, ni con mano dura, blanda, ni con puo de izquierda ni con chirlo de derecha. El Estado es la suma de las partes de una sociedad que opta por dar a administrar los recursos (escasos y superavitarios) en otras y otros. Eso no incluye que los representantes hagan lo que los beneficia a ellos por sobre el resto y tampoco tienen facultades especiales para rematar la casa en la que todos vivimos, porque consideran que es ms ventajoso alquilar que ser propietario. Aunque lo silencien, el murmullo subredes es, nuevamente «que se vayan todos».
Lo bien que se est aunque no se note
Gramsci desde la crcel, Neustadt desde telef, Regis Debray desde el Instituto de Ciencias de las Religiones, o el muchacho que cada noche pasa por la vereda a colectar cartones -pero si hay un pedazo de pan, le entra- coinciden. La opinin publicada ejerce sobre la opinin pblica un poder interesante. Busca atajos y acorta caminos para que la opinin pblica acate la sensacin que le proporciona la opinin publicada. Como ocurre hoy en Argentina. La imagen de los que ejercen el poder sube, no como flato de buzo, parafraseando al escatolgico primer mandatario, sino a la par que el incremento del precio de los combustibles que se extraen de nuestro territorio es posible que alguien que haya Empobrecido a las personas y al propio pas –la deuda externa de Argentina de hoy es la ms alta de la historia– posea una imagen positiva tan elevada?: es posible pero INADMISIBLE.
La antigua espiral del silencio
El ensayo de Noel Neumann, aunque viejo, conserva su vigencia. La inyeccin cotidiana desde todas las redes. La persistencia discursiva en medios de gran penetracin y la publicacin de encuestas de aparente independencia, van construyendo un escudo contra la propia vivencia. Deca un comensal, quien ya no tiene posibilidad de continuar con la rutina semanal de compartir un asado entre pares «es posible que sea yo ese porcentaje que la pasa mal y que ve en este gobierno al peor de los ltimos aos; porque hace casi un ao que no nos hemos vuelto a reunir, se hace imposible con los precios» . Es indistinto quien sea, a todos les ocurre lo mismo. Concretamente, numricamente, el 65% de la poblacin la pasa peor, aunque de ese porcentaje, el 40% lo niega y se resista, y prefiera encontrar culpables pasados del problema contemporneo
Que se queden todos
El «que se vayan todos» del 2001 termin con una huida menor , de algunos pocos. La gran mayora se qued y lo ms extrao, an estn. No es un mal dato. Entre quienes se quedaron y muchos de los que asumieron luego, hay legisladores, lesgisladoras, funcionarios, dirigentes que hacen bien las cosas. Demonizar de manera generalizada tampoco es til. S es momento de que quienes estn, nveles y longevos, representen los intereses de la Nacin. Nacin que incluye a quienes la habitan y trabajan. Al territorio, al Mapa completo.
Iconoclasta
Las y los argentinos suelen considerar que tienen dones muy singulares en relacin a humanos no nacidos o criados en Argentina. Esa visin umbilical, sin abrir juicio, otorga permisos extraordinarios y alienta devociones no siempre convenientes. Ser distintos es una cualidad no necesariamente meritoria. Ganar exposicin a cualquier precio, no hace bien. Claro, cuando se trata de reconocimiento de talento, tanto deportivo como artstico, cultural, acadmico y social, ayuda a construir una identidad valorada, pero estar en la agenda del mundo por no pagar deudas y peor, por contraer las ms gordas del Planeta, no debera significar un aliciente para el «ser nacional», Hoy, con apenas un ao de gestin de Milei y la Libertad Avanza, con un dlar apretado por la tenacidad poltica y un equilibrio fiscal a base del desequilibrio alimenticio, no hay de qu enorgullecerse, a pesar de la abigarrada manifestacin del gobierno que, a travs de cuanto medio, red, mensaje pueda, se vende como un prodigio de aciertos.
Solidaridad qu significa?!
La palabra solidaridad no tiene ms que una acepcin. Cada 20 de diciembre se conmemora la Solidaridad. Ya pas el da, pero no la oportunidad ni la inminencia. As como pudo sostenerse una Nacin, un Sistema, en los momentos ms crticos, en 2001; 2002, 2003, merced a la voluntad social, a la ratificacin de acuerdos informales, al trueque, al trabajo cooperativo, hoy aunque sea menos notorio, la situacin de demasiada gente es peor que aquella debacle.
Distancia
La distancia que puede haber entre dirigentes y dirigidos debe achicarse. El peso virtual de la comunicacin digital puede lograr verdaderos desastres. Si la poltica se dirime en X o en Meta, toda nocin de Nacin queda relegada a un relato ajeno. Es inminente que la dirigencia vuelva a tomar contacto humano. Es imprescindible contemplar que el 16% del padrn que vot en el balotaje en 2003, no haba nacido durante la orfandad poltica de aquella catstrofe. 16% es quien puede revertir o consolidar una eleccin
Negacin
Poco import si De La Ra era aburrido o no, y las buenas noticias, fueron slo buenas para acreedores externos. Si se trata de endeudar al pas y reducir jubilaciones, sueldos y empleos. Si la cuestin pasa por reducir los consumos de alimentos ,la calidad de la salud, la intensidad de la educacin, no hay manera de ser un mejor pas con personas ms felices. Si ahora, como en 2001, la audacia y el coraje se basan en quitar derechos, las grandes diferencias entre el discreto y solemne Fernando de La Ra y el histrinico falso anticasta Javier Milei, se reducen a lo que lucen en el exterior del crneo, lo de adentro, termina siendo idntico.