Comprar marisco, especialmente si lo hacemos en el supermercado, no siempre es una tarea sencilla. Mientras que en la pescadería podemos dejarnos guiar por el consejo de los propios pescaderos, en una tienda de alimentación al uso quedamos a nuestra suerte, lo que hace más complicado acertar y comprar un producto de buena calidad.
En lo que a pescados y mariscos congelados se refiere, la dificultad es mayor de la que podríamos prever. A la hora de echar estos productos en nuestra cesta, debemos mirar su etiquetado con atención, la única manera de discernir cuáles son las opciones de mayor calidad.
Juan Cruz Meana, un experimentado pescador argentino, ha revelado un consejo que podría transformar la manera en que los consumidores eligen mariscos en los congeladores del supermercado. Su experiencia en el sector avala su novedoso consejo, ya que, según cuenta, él mismo ha dedicado años de su vida a pescar el conocido como “gambón rojo”.
Según Meana, el verdadero indicador de calidad en unos langostinos o gambas congelados no está en la marca del producto, sino en el nombre del barco donde estos productos fueron procesados. Este detalle, que suele pasar desapercibido, es crucial para asegurar que el marisco ha sido procesado inmediatamente después de su captura, garantizando así su frescura.
En su video, que ha acumulado más de 20.000 reproducciones, Meana mostraba una caja de langostinos de una marca reconocida y señalaba la etiqueta que indicaba “procesado por Argenova XXIII“, el nombre del barco. “Yo te lo puedo asegurar, vas a comer langostino fresco, pescado y procesado en el momento”, afirmó el pescador. Este método de procesamiento inmediato en el barco es preferible, explica el experto, a la práctica común de enviar los langostinos a tierra para ser procesados días después, lo cual puede afectar negativamente a su calidad.
Además de la recomendación de este pescador, existen otras medidas que debemos tomar si queremos asegurar la calidad de nuestro marisco congelado. No solo para conseguir una buena textura y sabor en nuestros platos, sino también para cerciorarnos de que será un marisco salubre y que este se encuentra en un estado óptimo para el consumo. Estas son algunas claves a tener en cuenta:
- El marisco congelado debe estar correctamente empaquetado para mantener su frescura y calidad. Debemos escoger envases herméticos que estén sellados adecuadamente, sin golpes, roturas o aberturas.
- Verificaremos que el producto esté correctamente etiquetado y que, en su caja o paquete, se indique claramente su origen y fecha de congelación.
- Lo óptimo es comprar marisco congelado en establecimientos de confianza y con buena reputación.
- Nuestros sentidos serán nuestro mejor aliado. Incluso el marisco congelado, cuando es de buena calidad, debe oler a mar fresco y limpio. Cualquier olor a amoníaco debe hacernos sospechar.
- Una vez descongelado, el producto debe tener una apariencia fresca y natural. Serán señales de alerta los signos de decoloración, manchas oscuras o cualquier otro indicio de deterioro.