El escándalo de los últimos días en relación al intento de cruce de frontera en el que el ahora ex senador Edgardo Kueider intentó cruzar la frontera con más de USD 200.000 sin declarar, dejó expuesto una vez más el entramado de corrupción alrededor de la ley Bases.
Kueider, un senador entrerriano que había asumido por el Frente de Todos, acompañando la boleta de Alberto Fernandez y Cristina Kirchner, levantó la mano para votar a favor de la ley «fundacional» del gobierno libertario. Sin el voto de Kueider, el oficialismo hubiera sido derrotado por un voto y Victoria Villarruel no hubiera tenido la oportunidad de desempatar. Así de alevoso es.
Finalmente, la aprobación de dicha ley dio un soporte fundamental al ajuste, a aspectos de reforma laborar regresiva y vía libre a comenzar el proceso de privatización de algunas empresas del estado, entre muchos otros lineamientos regresivos. No fue gratis. Kueider fue premiado con su designación al frente de la Comisión de Asuntos Constitucionales y su nombre sonaba fuerte para ser designado al frente de la Comisión Bicameral de Fiscalización de los Organismos y Actividades de Inteligencia.
El papelón del oficialista durante este jueves, primero planteando la suspensión y luego sumándose al voto de expulsión para no quedar expuestos, da cuenta del intento por favorecer al entrerriano. Favor con favor se paga.
Recordemos que no fue el único escándalo alrededor de los votos para aprobar dicha ley: el otorgamiento de la embajada de la UNESCO a la senadora neuquina Lucía Crexell. También fue llamativo el voto de los senadores peronistas Guillermo Andrada, Carolina Moisés y Sandra Mendoza dando su voto para el RIGI o la particular ausencia de los senadores santacruceños Carambia y Gadano para facilitar ciertas votaciones en particular.
De conjunto, la aprobación de una ley de consecuencias brutales para las grandes mayorías, aprobada de manera escandalosa. A la corrupción evidente, se suman las reiteradas represiones comandadas por Patricia Bullrich, incluyendo la cacería con decenas de detenidos cuando la ley era tratada en el Senado.
Es con estos fundamentos que el Frente de Izquierda plantea la anulación inmediata de la ley Bases, una ley corrupta desde sus orígenes. Para esto se ha presentado un proyecto de ley en la Cámara de Diputados a la espera de su tratamiento. Es fundamental repudiar el circo escandaloso de Mieli y sus arreglos corruptos con aquellos que denomina la casta.