Rosario Central y Talleres de Córdoba empataron 1-1 en el Gigante de Arroyito, en un partido válido por la novena fecha del Torneo Clausura. El resultado dejó un sabor agridulce en los hinchas canallas y provocó la furia de Ángel Di María, quien no dudó en expresar su enojo ante los micrófonos. Sin embargo, una falla técnica en la transmisión televisiva dejó incompleto un descargo que prometía ser explosivo.
“Faltando ese poquito, salimos dormidos (al segundo tiempo) y nos terminan haciendo un gol de mierda. Al final te termina dando un empate porque se meten atrás. Después dicen que nos ayudan…”, dijo Fideo, mientras el audio se cortaba abruptamente y el resto de sus declaraciones quedaron en suspenso.
El partido comenzó con un Central decidido a imponer sus condiciones. Desde los primeros minutos, Fideo mostró su peligrosidad: un tiro libre exigió al arquero rival Guido Herrera, y un milagro defensivo de la última línea cordobesa impidió que el Canalla abriera el marcador antes de tiempo. Sin embargo, la sociedad entre Di María y Alejo Véliz fue determinante para el primer gol: un pase preciso al pecho del delantero, que definió con potencia al primer palo, desató el delirio en el estadio.
El empate llegó rápido en el complemento: Valentín Depietri, aprovechando dudas defensivas, igualó con un cabezazo que silenció a los 24.000 espectadores. Más tarde, la tensión escaló cuando Matías Catalán anotó en contra tras un centro de Gaspar Duarte, pero el VAR anuló el gol por fuera de juego del juvenil extremo. La polémica continuó con un penal sancionado a Rosario Central que, tras revisión, quedó como tiro libre, aunque con la expulsión de Miguel Navarro, dejando a la T con diez hombres.
Di María no ocultó su frustración: “Nos sigue faltando ese poquito para ganar los partidos. Siempre salimos dormidos en algún momento y nos terminan haciendo un gol de mierda, que nos termina dando un empate”, declaró. Más tarde, enfatizó que merecían la victoria: “Fueron 3 o 4 minutos en los que nos desconcentramos y nos toca volver a comer mierda. El fútbol argentino es así, porque nosotros hicimos todo para ganar, pero hicieron un montón de tiempo y se llevaron un punto que para ellos tendrá un gran valor”.
El enojo del Fideo también incluyó una aclaración sobre Carlos Tevez, con quien no se saludó al final del partido: “No lo vi. Cuando terminó el partido no lo pude saludar, pero le deseo lo mejor”.
La reacción de los jugadores rivales no se hizo esperar. Juan Camilo Portilla, defensor de Talleres, respondió con prudencia a las críticas de Di María: “Cada quien puede opinar lo que quiera”. A la vez, mencionó que a veces los árbitros podrían proteger a jugadores de renombre: “Sabemos la calidad, de los mejores jugadores del mundo en su momento, pero quizá los árbitros quieren protegerlo un poco más. En algunas jugadas no es necesario que piten cuando no es falta”.
Por su parte, Carlos Quintana, compañero de Portilla, relativizó la situación: “Fue normal el arbitraje. Uno cuando está en la cancha protesta de todo lo que le cobran en contra y celebra todo lo que le dan a favor”.