l secretario de Finanzas, Pablo Quirno, anunció el menú de bonos que se ofrecerá este miércoles en la primera licitación de deuda del mes, cuando vencen un total de $16,3 billones.
En este primer llamado, el Gobierno intentará refinanciar cerca de $7 billones, con títulos diseñados para distintos perfiles de inversores, aunque todos con vencimiento posterior a las elecciones del 26 de octubre.
El menú propuesto incluye:
LECAP a:
- 31/10/25 (S31O5)
- 10/11/25 (S10N5)
- 16/01/26 (S16E6)
TAMAR a:
- 15/12/25 (M15D5)
BONCER a:
- 31/03/26 (TZXM6)
Dólar Linked a:
- 31/10/25 (D31O5)
- 15/12/25 (TZVD5)
El resultado de las legislativas en Buenos Aires confirmó el peor de los escenarios previstos por consultoras y operadores, lo que se reflejó en un desplome generalizado de los activos argentinos en la primera jornada de operaciones.
En este contexto, los analistas destacan que el Tesoro deberá renovar deuda en un marco de caída de demanda de dinero, lo que podría complicar el rollover. Aunque el nivel de tasas podría ser más bajo que en licitaciones previas debido a la suba del tipo de cambio, no se descarta que al Gobierno le resulte difícil colocar toda la oferta.
Desde Porfolio Personal Inversiones (PPI) advierten: «La idea que circula en algunos ámbitos es que las autoridades podrían comenzar a rescatar bonos en pesos para apuntalar las curvas en pesos, pero nos parece contraproducente en el actual contexto de caída en la demanda real de dinero».
Agregan que «la única manera de fortalecerla es obligando al sistema bancario a aumentar su posición en títulos públicos. El BCRA aprovecharía el anuncio de la próxima licitación (miércoles) para elevar los encajes y ajustar la parte integrable con títulos públicos».
Finalmente, PPI anticipa que «considerando que el apetito de los agentes privados no financieros por instrumentos en pesos se desvanecerá, el ratio de rollover se verá más tensionado, lo que implica que se necesitará un aumento mayor en el requerimiento de encajes«.
Acciones y bonos se desplomaron tras la derrota del Gobierno en las elecciones
La aplastante derrota de La Libertad Avanza (LLA) en las elecciones legislativas de la provincia de Buenos Aires provocó un inmediato impacto en los mercados financieros. La incertidumbre respecto al programa económico del presidente Javier Milei y del ministro de Economía, Luis Caputo, derivó en una fuerte caída de activos argentinos y en un incremento del Riesgo País, que este lunes 8 de septiembre superó los 1.100 puntos básicos.
El resultado electoral en el distrito bonaerense fue interpretado como un factor de debilidad política para el oficialismo y generó dudas sobre la capacidad del Gobierno de sostener sus compromisos fiscales y de deuda. La reacción del mercado se expresó en caídas generalizadas en las acciones argentinas que cotizan en Wall Street y en un retroceso significativo en los bonos en dólares.
La lectura inmediata de los inversores es clara: el oficialismo pierde margen de maniobra para avanzar con reformas en el Congreso, y la política vuelve a condicionar las expectativas de los mercados financieros. En ese marco, las ventas masivas se convierten en la primera reacción de carteras que buscan reducir exposición al riesgo argentino.
El mercado financiero internacional ya había mostrado cautela en la previa, con retrocesos significativos. Pero tras la confirmación de los resultados, la tendencia negativa se profundizó en la primera rueda de la semana.
Las acciones de empresas argentinas que operan en Nueva York cerraron con pérdidas de dos dígitos en la rueda posterior a la elección. BBVA encabezó las bajas con un derrumbe del 24%, seguido por Banco Macro (-23,2%) y Grupo Financiero Galicia (-23,3%).
Edenor retrocedió 19,8%, mientras que Transportadora de Gas del Sur perdió 18,9% y Pampa Energía se hundió 16,6%. Telecom Argentina descendió 15,1%, e YPF se sumó al desplome con una caída del 14,9%.
Este desempeño reflejó el ajuste de expectativas de los inversores sobre el futuro económico y político del país tras la derrota oficialista en el principal distrito electoral de la Argentina.
En conjunto, los ADRs concentraron las mayores pérdidas en meses y la volatilidad se convirtió en el rasgo dominante de la operatoria. La señal para los inversores internacionales fue de cautela extrema frente a la exposición en papeles argentinos.
El impacto también alcanzó a los bonos soberanos en moneda extranjera. En Nueva York, el Bonar 41 cayó 10,9%, mientras que el Bonar 35 retrocedió en la misma magnitud, configurando uno de los peores arranques semanales para la deuda argentina en el último año.
En promedio, la deuda argentina acumuló un retroceso superior al 10% en el último mes, con un castigo adicional tras la derrota electoral. La tasa interna de retorno de los títulos escaló por encima del 16% anual, en niveles considerados de «estrés extremo» por los analistas.