El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés), en conjunto con otras agencias federales, llevó a cabo este jueves 4 de septiembre un megaoperativo en las instalaciones de construcción de una planta de baterías de Hyundai Motor Group en Georgia. Como resultado de la redada, hubo al menos 475 detenidos por presunta situación migratoria irregular.
El operativo tuvo lugar en el complejo industrial ubicado en el condado de Bryan, al suroeste de Savannah, donde se construye una planta destinada a la fabricación de baterías para vehículos eléctricos. El proyecto, valorado en 7600 millones de dólares, según informó CBS News, representa una de las inversiones extranjeras más importantes en la historia de Georgia y forma parte de la transición hacia la movilidad eléctrica en Estados Unidos.
Según información oficial proporcionada por la Oficina Federal de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF, por sus siglas en inglés) en Atlanta, el megaoperativo contó con la participación coordinada de múltiples entidades federales y estatales.
Entre las agencias involucradas se encuentran la rama de Investigaciones de Seguridad Nacional (HSI, por sus siglas en inglés), el Buró Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés), la Administración de Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés), el ICE y miembros de la Patrulla Estatal de Georgia.
“Este operativo llevó a la detención de 450 extranjeros ilegales, lo que enfatiza nuestro compromiso con la seguridad de la comunidad”, publicaron en X. Luego se conoció que las detenciones superaron las 475, según CNN.
Steven Schrank, agente especial a cargo del HSI de Atlanta, confirmó durante una rueda de prensa que la acción se enmarcó dentro de una investigación criminal en curso relacionada con denuncias sobre prácticas laborales irregulares y otros delitos de carácter federal. El funcionario especificó que durante la intervención no se registraron heridos ni fue necesario el empleo de la fuerza.
“Estamos realizando numerosos arrestos de personas indocumentadas”, afirmó, según lo retomado por WSAV. “Hemos encontrado a muchos empleados legales trabajando aquí, ciudadanos estadounidenses y residentes permanentes legales. Ellos, por supuesto, están siendo liberados”, aclaró.
La ejecución del operativo requirió una orden de allanamiento judicial y se centró específicamente en las áreas de construcción de la planta de baterías, mientras que las operaciones de manufactura de vehículos eléctricos en instalaciones adyacentes continuaron sin interrupciones.
Lindsay Williams, portavoz del ICE, explicó que la investigación busca garantizar la protección de empleos para trabajadores georgianos y asegurar condiciones equitativas para empresas que cumplen la normativa legal. Además, señaló que la operación pretende proteger a empleados de posibles situaciones de explotación laboral.
“Esta investigación se centra en garantizar la rendición de cuentas de quienes violan la ley y en defender el Estado de derecho. Juntos, enviamos un mensaje claro e inequívoco: quienes explotan a nuestra fuerza laboral, socavan nuestra economía y violan las leyes federales, rendirán cuentas”, indicó en un comunicado retomado por WSAV.
El Ministerio de Asuntos Exteriores de Corea del Sur expresó formalmente su preocupación ante la embajada estadounidense en Seúl y enfatizó que las actividades económicas de empresas coreanas y los derechos de ciudadanos surcoreanos no deben verse afectados de manera injusta durante operaciones de aplicación de la ley.
En este contexto, el gobierno surcoreano desplegó funcionarios consulares en el lugar de los hechos para monitorear la situación.
“En Seúl, también transmitimos hoy nuestras preocupaciones y lamentamos a través de la embajada de EE.UU. en Corea, y les instamos a extremar la precaución para garantizar que no se vulneren los legítimos derechos e intereses de los ciudadanos coreanos”, comunicó Lee Jae-woong, portavoz del ministerio surcoreano.
De acuerdo con el medio surcoreano The Korea Herald, Jae-woong confirmó que más de 30 ciudadanos de su país fueron detenidos durante el operativo, mientras se encontraban en el lugar por negocios.
“Estamos evaluando la situación. Hasta el momento, se ha confirmado que ninguno de los coreanos detenidos es empleado de Hyundai Motor”, aseguró la sede de la empresa en Seúl. “Nos comprometemos a tomar todas las medidas necesarias para garantizar la seguridad de todo el personal que trabaja en el sitio”, agregó.
Por su parte, LG Energy Solution, socio en la empresa conjunta, declaró que sigue de cerca los acontecimientos y trabaja en coordinación con el gobierno coreano para proteger a empleados y colaboradores.