El domingo pasado, un joven de 21 años identificado como Mateo Inostroza murió luego de que el auto en el que viajaba como acompañante protagonizara un violento choque con otros dos vehículos en la ciudad mendocina de San Rafael.
Tras el hecho, las autoridades realizaron el control de alcoholemia al conductor del rodado en el que iba el joven, que era padre de un bebé de poco más de un año. El resultado fue contundente: manejaba alcoholizado.
Conocido entre sus seres queridos como “Matute” o “Pelado”, Inostroza viajaba en el asiento del acompañante de un Volkswagen Scirocco. Al llegar a la esquina de Hipólito Yrigoyen y Lencinas, en pleno centro de San Rafael, el vehículo colisionó contra otros dos rodados: una camioneta Amarok que estaba estacionada y un Fiat Palio en el que iban tres mujeres que resultaron ilesas.
Producto del fuerte impacto, Inostroza sufrió múltiples heridas —varias de ellas en la cabeza— que le provocaron la muerte en el lugar. El conductor del Scirocco, de 22 años, sufrió traumatismos leves y quedó detenido luego de que el análisis de alcoholemia arrojara 0,96 g/L de alcohol en sangre. El tercer ocupante del vehículo, de 23 años, padeció una fractura de fémur izquierdo y fue trasladado al hospital Schestakow, según consignó el diario local Uno.
La noticia de la muerte del joven generó un fuerte impacto en la comunidad. “Mateo era una persona excelentísima, un tipo supercarismático. Aunque tuviera problemas o no anduviera bien emocionalmente, siempre te hacía reír, siempre buscaba la manera de sacarte un chiste. Era el tipo de persona que siempre está alegre”, lo recordó Uciel Carricondo, amigo de toda la vida y con quien compartía la pasión por las motos.
El conductor del Volkswagen Scirocco enfrenta ahora una causa por homicidio con dolo eventual por conducir en estado de ebriedad. Los investigadores evaluarán si hubo exceso de velocidad o conducción imprudente, lo que podría elevar la escala penal a entre tres y seis años de prisión.