Cambió los videojuegos por el tenis, está fuera del top 100 y busca vencer al mejor del mundo

El tenis es dueño de miles de historias increíbles, y casi todos los torneos del circuito tienen alguna revelación en su cuadro principal. Así le tocó al Masters 1000 de Cincinnati, que se adueñó del relato de una raqueta francesa que ni siquiera es top 100, llegó a disputar la qualy y, en un abrir y cerrar de ojos, se jugará el pase a la final del certamen contra la mejor raqueta del mundo.

Su nombre es Terence Atmane, tiene 23 años y no cabe duda de que está viviendo el mejor momento de su vida. Una carrera, por cierto, que empezó desde la comodidad de su pieza y que hoy lo tiene en Ohio, a solo un día del partido más importante de su vida contra Jannik Sinner (1°). Pero ojo, porque, siendo el 136° del ranking, tuvo que luchar para meterse al main draw y, una vez allí, le tocó sobreponerse a una llave repleta de genios…

Terence Atmane, en medio de la travesía más linda de su carrera. (REUTER)

El camino de Terence Atmane hasta las semifinales del Masters 1000 de Cincinnati

Su camino empezó en la ronda clasificatoria, instancia a la cual el galo llegaba como el 23° preclasificado. Allí, le ganó a los australianos Omar Jasika (207°), por 7-5 y 6-4, y Li Tu (176°), por 7-5 y 6-3. Y eso fue solo el comienzo…

En la primera ronda del cuadro principal, se enfrentó a una raqueta que lo aventajaba por más de 70 puestos en el ranking: el japonés Kei Nishikori (65°). Sin embargo, como si no le pesara para nada, lo eliminó con un contundente doble 6-2.

En la siguiente fase, le tocó enfrentarse a un rival que se codea e incluso les compite a los mejores del mundo: el italiano Flavio Cobolli (22°). Otra vez, Atmane sorteó al destino y se impuso ante el favorito, por 6-4, 3-6 y 7-6 (5).

Cobolli, una de las víctimas de Atmane. (REUTER)

Así llegó a tercera ronda, una instancia que solo había alcanzado tres veces en torneos ATP en toda su carrera. La llave lo cruzó con el brasileño Joao Fonseca (52°), una de las mayores promesas del circuito y uno de los mejores tenistas del continente sudamericano. No obstante, el europeo ya venía con un envión difícil de frenar y lo derrotó por 6-3 y 6-4.

Desde los octavos de final, el cuadro se fue quedando únicamente con figuras del circuito, y la llave se ponía cada vez más complicada. Tanto es así que, en esa fase, se topó con el estadounidense Taylor Fritz, 4° del mundo, pero nuevamente volvió a iluminarse: le ganó, sacando a relucir una enorme muestra de coraje tras perder el primer set, por 3-6, 7-5 y 6-3.

Fritz sufrió el envión de la revelación. (AP)

Su último pasito antes de meterse entre los cuatro mejores del certamen lo tuvo que dar, nuevamente, contra un top 10: el danés Holger Rune (9°). A esta altura, el francés ya era temible por los partidos que había ganado, pero ni por asomo era el favorito. Aun así, venció al nórdico sin ceder ni un set, por 6-2 y 6-3.

El sábado, alrededor de las 16, se enfrentará a Sinner en lo que funcionará como una prueba dorada para comprobar que puede aspirar al título. Cuidado, porque el galo ya demostró que, para él, nada es imposible.

La prueba de fuego de Atmane en Cincinnati: Jannik Sinner. (EFE)

La vida de Terence Atmane: el rol de los videojuegos, su fanatismo por Pokemón y su talento en la magia

Cuando le preguntaron cómo consiguió alcanzar este momento y esta instancia, Atmane respondió: «La clave es el trabajo: trabajo, trabajo y más trabajo. No hay ningún secreto». Pero, ¿cuál es su historia?

Sus inicios en el tenis fueron casi tan inesperados como su llegada a la semi de Cincinnati, y nacen a partir de otra de sus pasiones: los videojuegos, y más específicamente, Virtua Tennis y Wii Sports. «Jugaba todos los días. Un día mi madre me dijo: ‘Basta de videojuegos. Voy a comprarte una raqueta para que vayas al club y pruebes’. Desde ahí nunca dejé de jugar a tenis», confesó el francés.

Otro gran interés del galo es Pokémon. «Cuando era chico lo veía en la televisión. Fue algo bastante natural; hasta en el colegio que la gente hablara de las cartas era normal», le explicó a ATP en 2023. «Me gustaría que no haya prize money y que me pagaran con cartas de Pokémon, sería mucho más fácil. Es un tema sensible para mí: mi colección tiene casi 15 años», llegó a declarar sobre su fanatismo.

Además, como ocurre con la mayoría de los apodos, el suyo surge a partir de una de sus aficiones, o incluso de un talento: «El Mago». Durante sus ratos libres, el galo se divierte practicando trucos de magia con sus cartas. Su especialidad es la prestidigitación, la habilidad de crear ilusiones ópticas con las manos, y comparte esta actividad con uno de sus compatriotas del circuito: Gael Monfils (46°).

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