Luciana Salazar recibió una buena noticia que marcó un antes y un después en su guerra con Martín Redrado. La Justicia rechazó el intento del economista de imponerle un bozal legal para que no hablara más de él en los medios. El fallo se dictó poco antes de la feria.
El juez entendió que ambas figuras son públicas y que no puede limitarse la libertad de una si la otra parte también se expone. En ese sentido, el tribunal subrayó que Redrado suele referirse al conflicto frente a cámaras. “No podés pedir que el otro no hable si vos hablás abiertamente de este tema”, dijo la periodista Angie Balbiani al explicar la resolución.
Este revés fue parte de una cadena. Redrado inició tres causas contra Salazar: dos penales y una civil. En la de calumnias e injurias ya perdió. Ahora, con la medida cautelar del bozal desestimada, suma su segunda derrota. Solo resta saber qué pasará con la causa por extorsión, donde, según trascendió, habría un testigo que mintió.
La pelea gira en torno a Matilda, la hija de Luciana. Aunque el economista no la reconoce legalmente, firmó un acuerdo ante escribano para hacerse cargo de su manutención. “Luciana Salazar tiene todo el derecho del mundo de hablar de lo que fue su vida privada”, agregó Balbiani sobre lo que resolvió la Justicia en este nuevo capítulo.
Ese acuerdo, según explicó Salazar, no se cumplió. La modelo sostiene que Martín quiso dilatar los procesos con acciones legales sin fundamentos. “Está perdiendo hace cuatro años”, afirmó Angie, y remarcó que Luli podría iniciar una demanda por daños y perjuicios por todo el desgaste acumulado.
La causa por extorsión todavía sigue abierta, pero ya enfrenta dudas. “Hubo un testigo que al parecer dio falso testimonio y se puede probar”, dijo Balbiani. Mientras tanto, la modelo se muestra firme y decidida a llegar hasta el final. Esta nueva resolución renovó su fuerza y dejó en jaque al economista una vez más.