Después de varias horas del hecho, la tendencia generalizada es que Agustín Marchesin falló al pedir el cambio para dejarle su lugar al chico Brey, con muy buenos antecedentes en penales. Sin embargo, el refuerzo que mejor rindió desde que llegó, haciendo toda la fuerza para irse del Gremio para este desafío, tiene su defensa. En primer lugar, no fue él quien decidió salir, sino que fue su sugerencia. Se generó la secuencia que se generó, con caras de sorpresa y hasta la incredulidad de Marcos Rojo, Coloccini, Muñoz (ex arquero del club) y de Gago, que tiró un “dejalo”. Es decir, quienes mandan fueron los que avalaron la idea de MarchesIn. De una idea que, según dicen desde adentro, estaba premeditada.
Seguro que con Fernando Gayoso, aquel entrenador de arqueros que fue clave estudiando pateadores y trabajando con ellos, esto no pasaba de esta forma. Ahora, lo de Marchesin es bien defendible desde varios puntos de vista. Consciente de que a lo largo de su carrera no fue un gran atajador de penales, creyó conveniente que Brey (con buenos antecedentes en su corta carrera), con su presencia y altura, era mejor en ese aspecto. Fue generoso con el equipo, pensando que de esa forma había más chances de ganar. Y se supone que encima se había hablado previamente del tema, aunque no parece por las reacciones en el cuerpo técnico.
¿Qué hubiese pasado si Brey tapaba alguno de los cuatro que adivinó y Boca se clasificaba? Se hubiese seguramente destacado la madurez de Marchesin para pensar más en lo colectivo que en lo individual. ¿Qué tuvo miedo de encarar la definición? Para nada, teniendo en cuenta que en los penales el arquero no lleva el peso sino el pateador. El podía haber apostado por ser el héroe de la noche.
Marche en el partido (Carroll).
Además, ¿cómo creer que puede temerles a los penales un arquero de su trayectoria que llegó, se puso el buzo y no le pesó, siendo el mejor en este año? De hecho, gracias a él Boca había llegado a los penales, sobre todo con ese atajadón en la contra del PT, estando 1-1: un gol era un golpe de gracia. Es un arquero que, justamente, tiene carácter y ha tenido consecuencias por reacciones.
Gago dialoga con los arqueros (REUTER).
Seguro que la lógica indicaba que podía agrandarse, buscar la heroica, transformarse en héroe. Tuvo el gesto de avisar que el partido se terminaba y que era el momento de Brey, que entró en el último segundo y, hasta como protestó Gorosito, cuando la pelota estaba en juego y el duelo no había terminado. Cagón en el fútbol es otra cosa.
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