Milei avanza en su agenda privatizadora: IMPSA al capital norteamericano

“Privatizamos IMPSA” festejó este miércoles Luis Caputo en la red social X. La medida del del gobierno para aprobar la venta de las acciones en manos del Estado a la norteamericana ARC Energy, entrega al capital extranjero una empresa con la capacidad para mantener y multiplicar a bajo costo la generación de energía renovable, gracias a su producción de insumos y puesta en funcionamiento de represas hidroeléctricas o parques eólicos. Pero la prioridad del Gobierno es el déficit cero para pagar la fraudulenta deuda externa y las ganancias de las grandes multinacionales.

IMPSA (Industrias Metalúrgicas Pescarmona S.A.) fue fundada en 1907 en Mendoza y estuvo entre las compañías líderes en el desarrollo de tecnología para la generación de energía. Tiene en su historia proyectos emblemáticos en el ámbito hidroeléctrico, nuclear y de infraestructura pesada. Sin embargo, sus dueños siempre se aprovecharon del Estado para acrecentar sus márgenes y en las últimas décadas recibieron millones en subsidios.

En 2021, el gobierno de Alberto Fernández rescató a IMPSA de la quiebra al adquirir el 63,7% de las acciones y pagó deudas de la empresa con fondos públicos. Esta medida fue presentada como una forma de preservar su importancia estratégica, pero la falta de inversión y el abandono por parte de las autoridades no resolvieron la crisis de endeudamiento que se profundizó con el cambio de gobierno. Ahora, bajo la administración de Javier Milei, se ha concretado la venta de la empresa a ARC Energy, una compañía estadounidense, por sólo 27 millones de dólares.

La venta de IMPSA: un primer paso del plan privatista

El gobierno justificó la privatización alegando que la operación reducirá el déficit fiscal y permitirá liberar al Estado de la carga financiera que representaba mantener la empresa. Sin embargo, este argumento es engañoso, IMPSA tiene la capacidad para ser autosustentable y es además una proveedora importante para la obra pública. Es cierto que Milei tiene congelada la inversión en infraestructura, pero esa decisión que profundiza el atraso del país sólo se agrava al perder una organización capaz de fabricar insumos difíciles de conseguir a nivel mundial.

Además, la privatización no se llevó a cabo con un proceso competitivo ni transparente. ARC Energy fue el único oferente en la licitación, lo que permitió a la empresa estadounidense imponer condiciones ventajosas para concretar la adquisición.

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Los obreros de IMPSA, nucleados bajo el convenio de la Unión Obrera Metalúrgica, y en ASIMRA, vienen cobrando su salario sin percibir los aumentos acordados en paritarias. En diciembre pasado los trabajadores organizaron asambleas y protestas porque además de lo pérdido frente a la inflación, les habían retenido la mitad de su sueldo quincenal. Su capacidad de organización muestra que no sería para nada imposible establecer su funcionamiento con propiedad estatal y bajo control de sus trabajadores.

Un gobierno al servicio del gran capital

La venta de IMPSA no es un caso aislado dentro de las políticas económicas del gobierno de Milei. En su afán por reducir el rol del Estado, Milei ha impulsado un programa privatista que incluye sectores estratégicos como el transporte, la energía y la infraestructura. Aerolíneas Argentinas, las represas hidroeléctricas y la Hidrovía Paraná-Paraguay están en la mira de sus planes menemistas.

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En el caso de Aerolíneas Argentinas, la intención de privatizarla representa un ataque directo a la soberanía nacional y al derecho al transporte para millones de argentinos. Este plan recuerda los desastrosos resultados de las privatizaciones de los años 90, cuando la aerolínea quedó reducida a su mínima expresión bajo gestión privada y tuvo que ser rescatada por el Estado en 2008. Las represas hidroeléctricas, cuyas concesiones a empresas privadas están vencidas, también están siendo ofrecidas al mejor postor, lo que perpetúa la entrega de la generación de energía renovable a intereses extranjeros.

¿Ganancias para unos pocos o planificar la economía para las grandes mayorías?

Ante este panorama de ajuste y privatización, el Frente de Izquierda ha denunciado las políticas de Milei como un saqueo del país en beneficio de las grandes corporaciones y el capital internacional. Es necesario pelear por soluciones alternativas basadas en la defensa del empleo, la soberanía energética y el control obrero sobre los recursos estratégicos.

El Frente de Izquierda propone que las empresas estratégicas como IMPSA, Aerolíneas Argentinas y las represas hidroeléctricas sean gestionadas de manera democrática por sus trabajadores y comunidades. La lucha contra las privatizaciones no es solo una cuestión económica, sino también política y social. Es una lucha por el derecho a un país soberano, donde los bienes comunes naturales y las empresas estratégicas estén al servicio de las grandes mayorías y no de una minoría privilegiada.

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