El resultado 2024 en materia de inversiones financieras quedará en la historia como una de las fiestas irrepetibles.
El precio promedio de las acciones, según el índice Merval de la bolsa de Buenos Aires, aumentó más de 120% medido en dólares mientras que los bonos globales ganaron un 105% y los ahorristas en letras en pesos del gobierno obtuvieron un 42%.
Vale comparar esos rendimientos con un 4,576% anual que proponen los bonos del Tesoro a 10 años de los Estados Unidos, considerados una de las inversiones menos riesgosas a nivel global.
El telón de fondo de la fiesta en los mercados en 2024 se puede explicar por la fuerte poda del gasto público nacional de 27%, equivalente a 5 puntos del PBI (con fuerte incidencia del recorte real de las jubilaciones), por los vetos presidenciales a leyes aprobadas por el Congreso que se consideraban atentatorias de la estabilidad, por el resultado del blanqueo que sorprendió a los mercados y por la caída del dólar.
Entre los US$ 31.000 millones depositados por el blanqueo y la caída del 30% de los dólares libres a partir de julio, cambiaron el humor y las ganancias financieras.
Dice en sus Apuntes de Año Nuevo la consultora 1816 que «el tipo de cambio oficial cerró 2024 en $ 1.030 y el contado con liquidación debajo de $ 1.200 cuando el mercado esperaba $ 1.700″.
Esa baja del dólar libre reflejó la nueva apuesta del mercado y fue determinante del cambio en la hoja de balance de las empresas en la segunda parte de 2024 y que ahora encaran 2025 con un sendero de apreciación cambiaria que también se presenta inexorable.
Los inversores esperan que el Gobierno anuncie a mediados de enero la rebaja de 2% a 1% del ritmo de aumento del dólar oficial, que consolidaría el camino hacia el tipo de cambio fijo, aunque aún se desconozca si desembocará en un esquema de dólar flotante.
El Presidente Javier Milei había adelantado que la reducción a 1% mensual del ritmo de devaluación se dispondría si la inflación de diciembre resultaba similar al 2,4% de aumento del costo de vida en noviembre, pero ese caso no está resuelto. Habrá que esperar al martes 14 cuando se conozca el dato del INDEC.
Mientras tanto, un punto a considerar es que la posible baja del ritmo de devaluación se dispondría en medio de un proceso de fortalecimiento del dólar a nivel mundial y cuando el gobierno brasileño está haciendo un esfuerzo para evitar la devaluación del real que, a 6,15 por dólar, está siendo la delicia de los turistas argentinos en Florianópolis.
Como contracara, el Gobierno deja trascender que ya tiene los US$ 7.000 millones que necesita para hacer frente a todos los compromisos externos hasta julio, buscando consolidar la idea de que el panorama financiero está libre de nubarrones.
Un elemento clave para consolidar esa idea fue el anuncio del viernes del Banco Central sobre la obtención de US$ 1.000 millones por una operación de pase con cláusula de recompra con cinco bancos internacionales.
Dijo el Central que en la «subasta inaugural realizada el 27 de diciembre, recibió ofertas por US$ 2.850 millones, superando en casi tres veces el monto licitado» y que el costo de la operación fue el equivalente a una tasa fija de 8,8% anual.
Un punto importante del comunicado estuvo referido al posible destino de esos US$ 1.000 millones al decir que «incrementa la flexibilidad del BCRA para mitigar desbalances que pueda haber entre la oferta y la demanda de divisas en el mercado de cambios local».
En otras palabras: ahora el Central tiene más poder de fuego en dólares para intervenir en el contado con liquidación en el intento de bajar la brecha para anclar al tipo de cambio.
Para 1816 este Repo «es fundamental para que el país recupere el acceso al crédito internacional, para que la cuenta financiera de la balanza de pagos no genere demanda neta de divisas» y destaca que el stock de depósitos que generó el blanqueo posibilitó préstamos por US$ 4.000 millones.
Con el blanqueo y el Repo bajo el brazo, el ministro Luis Caputo avanzará buscando fondos frescos de la mano de un nuevo acuerdo con el FMI, pero hay una duda que no se disipa:¿le dará el Fondo más dólares sin reclamar una devaluación y cuando el tipo de cambio real está en un nivel bajo?
Una parte de la respuesta podrá gestarse a partir del 20 de enero, cuando Donald Trump asuma por segunda vez como presidente de los Estados Unidos. El Gobierno espera mucha ayuda de Trump y cuenta con el aval del fuerte ajuste fiscal realizado.
La búsqueda de divisas para fortalecer las reservas del Banco Central y mantener anclado al dólar son dos de los pilares económicos fundamentales para el arranque de la campaña política de Javier Milei en un año electoral clave.