El ajuste en la estructura de la Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA), ex Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) sigue en marcha y los gremios denuncian que el Estado viene perdiendo capacidad de recaudación de impuestos.
A fines de octubre, cuando el Gobierno anunció la disolución de la AFIP y su reconversión en ARCA, se planteó que habría un 45% menos de cargos.
El vocero presidencial Manuel Adorni había detallado: «Se van a reducir 45% las autoridades superiores, casta política, y un 31% los niveles inferiores de la estructura actual. Es decir, que en total se van a eliminar el 34% de los cargos públicos».
«Además van a reubicarse y pasar a disponibilidad unos 3.100 empleados que ingresaron durante el último gobierno, entendemos, de manera irregular», había indicado Adorni, con una estimación de recorte presupuestario en torno a los $ 6.400 millones al año.
No obstante, fuentes gremiales son más categóricas: cuentan que se fueron unos 2.000 trabajadores este año -la mayoría se jubiló– que cobraban cada uno de ellos un salario promedio de $ 4,6 millones, lo que representa un ajuste mayor a los $ 110.000 millones en un año.
«Este año la planta va a pasar de 22.000 a 20.000 empleados. Hace 30 años éramos más trabajadores con apenas 5 millones de CUITs y ahora hay 70 millones de CUITs entre personas físicas y jurídicas», explicó una fuente.
Por eso advierten desde el sindicalismo tributario que el Estado está perdiendo gente con conocimiento valioso en sus filas, que podía por ejemplo hacer determinaciones de oficio.
«El 31 de diciembre vence el plazo para cobrar impuestos de los últimos 5 años y no tenemos personal suficiente. Pasado ese día prescriben las obligaciones tributarias y los empleados que se fueron tenían más conocimiento que los inspectores. Es imposible de calcular ahora el daño que nos va a hacer no poder cobrar estos impuestos», lamentaron.