La estrategia de Mauricio Macri de tensar con Milei genera divisiones y resistencias en la tropa de Pro

La estrategia de Mauricio Macri de tensar la cuerda y presionar a fondo al gobierno de Javier Milei para que se siente en la mesa a negociar un acuerdo pierde adhesión en la tropa territorial de Pro. Mientras el expresidente intenta resistir la ofensiva de la Casa Rosada para quedarse con la plataforma de su partido después del desplante en el frustrado debate por el proyecto de ficha limpia en el Congreso, figuras de Pro que crecieron a la sombra de Macri y ocupan cargos relevantes en el esquema de poder del partido -desde gobernadores e intendentes hasta autoridades parlamentarias- desean que la tensión ceda y piden no llevar las cosas a una ruptura definitiva con Milei.

El expresidente, aseguran quienes han escuchado su voz en los últimos días, está molesto e inquieto. Sospecha que detrás de la jugada del oficialismo para que se cayera la sesión del jueves último por ficha limpia no solo hubo un supuesto acuerdo con el kirchnerismo, sino una maniobra deliberada de los libertarios para exponer a su fuerza a una derrota. El Gobierno no lo consulta. Tampoco lo convoca para discutir un acuerdo electoral ni le permite incrementar su influencia en la gestión ni atiende su pedido para fortalecer la institucionalidad o brinda respuestas al rosario de demandas de sus gobernadores. Además, comenta un interlocutor de Macri, al jefe de Pro lo exaspera que las patrullas digitales o referentes del núcleo duro de La Libertad Avanza (LLA) salgan a esmerilar su imagen cada vez que cuestiona al Gobierno. El viernes, por caso, la agrupación “las fuerzas del cielo”, el brazo militante de Milei que lidera Santiago Caputo, lo acusó de presionar para tener injerencia en la licitación de la “hidrovía”.

Sin embargo, los “acuerdistas” de Pro consideran que no deben ir a la batalla en el momento que la gestión del líder de los libertarios está en su apogeo en términos de adhesión popular. “Una cosa es acompañar preservando la identidad de Pro, pero otra cosa es enfrentar a Milei. Todo tienen un límite. Si quieren eso, habrá libertad de acción”, se planta uno de los armadores de Pro en Buenos Aires.

Puertas adentro, los “acuerdistas” plantean que Pro no puede “especular” a la hora de darle su apoyo al Gobierno ya que, aseguran, su base electoral les pide acompañar a Milei y evitar un resurgimiento del kirchnerismo. En simultáneo, miran de reojo el termómetro social en sus territorios. Creen que ir al choque con la Casa Rosada en el Congreso o abrir una discusión al máximo nivel por el presunto pacto con Cristina Kirchner puede provocar coletazos y represalias en las provincias o municipios donde gobierna el Pro. Tanto gobernadores o intendentes prefieren que el Gobierno no estimule la división de su electorado en sus terruños. “Si hacemos una maldad, rebota en todos lados. Mauricio tensa, pero está en Qatar”, despotrica uno de los popes del partido. Por eso, los dialoguistas de Pro tejen en las sombras para recomponer los vínculos con la Casa Rosada.

Ritondo afianzó su vínculo con Martín Menem en DiputadosFabián Marelli

En ese grupo de los “acuerdistas” figuran desde Cristian Ritondo, quien estrechó lazos con Milei y su principal interlocutor, Santiago Caputo, a Diego Santilli, la carta más potente de Pro para negociar un acuerdo en Buenos Aires. También Luis Juez, jefe de bloque macrista en el Senado -pese a que no es amarillo y preside el frente Cívico en Córdoba-. El duro comunicado que difundió Pro el último viernes en el que acusó al gobierno de Milei de haber “jugado a favor de los corruptos” dividió aguas en el macrismo. Esta vez no solo se escucharon críticas del sector que responde a Patricia Bullrich, abanderada de los conversos al mileismo. El texto fue consensuado por el equipo de comunicación de Macri, quien dio el visto bueno antes de la publicación. Otros referentes de la cúpula, indican fuentes partidarias, no fueron consultados. Y el tono beligerante del pronunciamiento generó incomodidad. “Tenemos que seleccionar las batallas y explicarle a la sociedad por qué nos diferenciamos. Si no está planificado, nos quedamos a mitad de camino. Son cosas que rompen la confianza con el gobierno”, recrimina uno de los dialoguistas.

De hecho, varias autoridades de Pro no replicaron el mensaje belicoso del viernes. Ni Rogelio Frigerio ni Ignacio Torres ni Santilli ni Guillermo Montenegro, intendente de General Pueyrredón, ni Ramón Lanús, jefe municipal de San Isidro, quien orbita cerca de LLA, se sumaron a la ofensiva para criticar la actitud de los libertarios en la discusión sobre ficha limpia.

En cambio, sí se expresaron en sintonía con el comunicado partidario el jefe porteño Jorge Macri, quien promueve una mayor diferenciación de LLA y reclama que Pro preserve su vocación de poder, María Eugenia Vidal, Martín Yeza o Soledad Martínez, intendenta en Vicente López y vicetitular del partido.

“Yo tengo una excelente relación con el Presidente y no la voy a perder”, le escucharon decir a Juez en la intimidad en las últimas horas. Fue después de que se suspendiera el encuentro de Milei con los senadores de Pro por la crisis que provocó la frustrada sesión en la que iba a debatirse el proyecto que podía complicar las chances de Cristina Kirchner -y cualquier otra persona condenada en segunda instancia por corrupción- de ser candidata en las próximas legislativas.

Hay aliados de Macri en Pro que se sienten atrapados. Consideran que no hay espacio para diferenciarse después de haber defendido a ultranza la agenda de reformas de Milei, como la ley bases, o haber colaborado con la Casa Rosada a la hora de sostener los vetos presidenciales al aumento de las jubilaciones o la ley de financiamiento universitario, dos banderas de Pro. “Durante meses, nos llevaron a bancar al Gobierno; nos pidiéramos que ayudáramos. ¿Y ahora hay que pararse de manos? Darse vuelta en este momento es difícil”, admite unos de los legisladores nacionales de Pro que responde a Macri, pero que orbita cerca del mundillo libertario.

Quienes lucen más intranquilos con la táctica de Macri de confrontar con el gobierno de Milei y marcar límites en los asuntos institucionales que considera son valiosos para la identidad de Pro, como la “ficha limpia”, el decreto reglamentario que fijó nuevos límites al acceso a la información pública o la elección del controvertido juez Ariel Lijo para ocupar una vacante la Corte, son aquellos dirigentes que finalizan su mandato en el Congreso en 2025. En Diputados, donde radica el poder de Pro para condicionar a Milei, el partido de Macri renueva 22 bancas en los próximos comicios. Los arquitectos políticos del proyecto de los libertarios -Caputo y Karina Milei- están convencidos de que construyen una nueva estructura en el ocaso del macrismo. Por esa razón, seducen con sigilo a los lugartenientes de Macri para que se muden a la escudería violeta, como ya ocurrió con Bullrich y Diego Valenzuela, intendente de Tres de Febrero. Los tientan con la chance de ofrecerles desde un lugar en las listas hasta cargos en la gestión.

Macri, junto al actor Omar Sy, durante el gran premio de F1 en Qatar

Macri y los suyos relativizan las fricciones en Pro que provoca la avanzada de los armadores de Milei para cooptar dirigentes. Repiten que el único que prioriza no erosionar su relación con el Gobierno es Santilli, aunque descreen que decida darle la espalda a Macri para pasarse al campamento de Milei sin que haya un acuerdo integral con Pro. “Diego sabe que si lo hace, va a valer cero”, presumen. Allegados a Santilli repiten que apuesta a una confluencia y que no lo entusiasma ser candidato para enfrentar a LLA en las urnas: “No es lo conveniente. La próxima elección va a ser un River- Boca: va a estar muy polarizada entre el Gobierno y el kirchnerismo, no hay lugar para una opción por el centro”, afirman los laderos de Santilli.

En el círculo de confianza del expresidente dan por hecho que el gobierno de Milei “jugó por izquierda” para boicotear la sesión del jueves en Diputados por ficha limpia. “Mostraron las cartas. No quieren armar un frente republicano, sino que están moviendo las fichas para matarnos”, lanza uno de los fieles a Macri en Pro.

A Macri, quien permanecerá en el exterior hasta el próximo martes y ya prepara su retiro de verano en Cumelén, le molestó, sobre todo, que emisarios de la Casa Rosada hayan operado para que diputados del bloque de Pro no dieran quorum. Sus sospechas se centran en Bullrich, a quien le facturan haber intervenido para convencer a los santafesinos José Núñez y Gabriel Chumpitaz -su mandato finaliza el año próximo-, de que no se presentaran en el recinto. Núñez es un “halcón” de Pro que se acercó a Bullrich -y uno de sus exarmadores Federico Angelini- y coquetea con un acuerdo con LLA. Cuarenta y ocho horas antes de la sesión en Diputados, Macri había recibido en la sede partidaria en Balcarce 412 a Gisela Scaglia, vicegobernadora de Santa Fe y titular de Pro en esa provincia. Scaglia, a quien los macristas le achacan que priorice su acuerdo con Maximiliano Pullaro, y el tándem Angelini-Núñez protagonizaron una dura interna en el distrito gobernado por Pullaro. “Hubo un error de timing de Macri. Y ellos [por Bullrich y el gobierno] están al acecho”, señala un dirigente cercano al exmandatario.

Mauricio Macri y la mesa ejecutiva de Pro

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