El Instituto Nacional de Investigaciones Arqueológicas Preventivas de Francia (INRAP) comunicó en su sitio oficial que halló los restos de la basílica funeraria de Gregorio de Tours: Saint-Jean, la cual se fundó en el siglo VI. Además, y pese a las modificaciones que sufrió, en especial durante la Revolución Francesa, informó que aún permanecen bajo sus cimientos los restos de los ciudadanos de Dijon, que fueron enterrados allí hace más de 1000 años.
Este hecho tuvo lugar luego de la excavación que organizó el municipio junto con el INRAP, debido a que parte de la edificación original aún se mantiene en pie. A pesar de que cambió con el paso del tiempo y sufrió modificaciones de fondo, en una de sus calles laterales aparecieron estos rastros del viejo objetivo por el que se la creó. Asimismo, se sumó a la investigación arqueológica un sitio posterior que actualmente es una plaza.
Esta ciudad es famosa porque compone la llamada Ruta de la Libertad, en la que destacan su gastronomía y buen vino. Sin embargo, al igual que en otras regiones de Francia en la que suelen darse a conocer estos descubrimientos, como sucedió días atrás con la estructura escondida de un castillo medieval bajo un museo, fue ahora el turno de la populosa capital de la Borgoña. En la base de lo que se cree que conformó a la iglesia de Saint-Jean, se hallaron esqueletos humanos, en su mayoría de niños y que fueron enterrados ahí en diferentes épocas.
El trabajo de los expertos se ubicó en la plaza Bossuet y en la calle Danton, donde se presumía que se había extendido la necrópolis. En primer lugar, los arqueólogos encontraron mampostería que reveló las condiciones anteriores del edificio, hasta ahora desconocidas.
Esto allanó el camino para la siguiente etapa, en la que se desenterraron varias tumbas. La mayoría de ellas estaban hechas de losas de piedra colocadas horizontal y verticalmente, indicaron desde la entidad francesa, a la vez que señalaron que muchos de los entierros se produjeron a partir del siglo XI.
Además de tumbas se hallaron sarcófagos de arenisca, propios del siglo XVIII. Sin embargo, uno de ellos se robó la atención de todos, al estar hecho de piedra caliza y con una tapa semicircular que databa de los siglos IV y V. Del interior se retiraron tres esqueletos, lo que atestiguó la reutilización del espacio, en especial por los costos de construcción de cada sepulcro.
Cabe destacar que Francia posee un patrimonio valioso por preservar, entender y dar a conocer tras este tipo de hallazgos. A menudo, el INRAP suele hacer públicos los trabajos que organizan los diferentes equipos de expertos en áreas que se conciben como imprescindibles para la conservación y el futuro de la sociedad.
De este modo, luego de la serie de objetos funerarios y de los esqueletos que resguardaron de la intemperie y el desgaste natural, el siguiente paso de los arqueólogos será el de clasificar, identificar y proteger a cada uno de ellos. Esta investigación ayudará a comprender la causa de muerte durante la Antigüedad Tardía y por qué la mayoría de las tumbas eran de niños.
LA NACION